Bica Blanca de Laza
La bica es un bizcocho tradicional gallego, hay muchos tipos de bicas, pero esta en concreto toma su nombre del pueblo de Laza en la provincia de Orense; lo de blanca salta a la vista, esta elaborado con nata como única materia grasa y al no llevar yemas ni aceite ni mantequilla queda muy blanquito.
Y si os digo que un mordisquito de este bizcocho parece un bocado de nubes ¿me creéis? Es una auténtica delicia... os animo a que lo probéis, además viene genial para aprovechar las claras sobrantes de otras preparaciones, yo suelo congelarlas y así siempre tengo a mano.
Para elaborarla he usado la nata especial repostería que venía en mi caja Degustabox que recibo todos los meses, y ha sido perfecta porque es un tipo de nata con 30% de materia grasa pero que no sirve para montar; y digo que me ha venido perfecta porque para elaborar este bizcocho la nata no debe montarse del todo. Si queréis recibir en vuestro domicilio una caja sorpresa cada mes con productos novedosos a un precio inferior al que lo encontraríais en el mercado podéis beneficiaros de este código 8ATR4 y la primera caja la recibireis por 9,99€.
INGREDIENTES
- 300 gr. claras de huevo (unas 8-9, dependiendo del tamaño)
- 350 gr. nata para montar
- 350 gr. harina
- 350 gr. azúcar
PREPARACION
Se baten muy bien las claras a punto de nieve, cuando empiecen a estar firmes vamos añadiendo el azúcar poco a poco sin dejar de batir. Esta operación nos llevará entre 10-15 minutos. Debe quedar un merengue firme.
Añadimos la harina tamizada poco a poco también integrándola con una espátula para que no se baje la mezcla.
Por último, batimos la nata (que estará bien fría) pero sin que llegue a montar del todo, es decir, que no quede firme, de esta manera es más fácil integrarla en la masa que tenemos. Por eso la nata que he usado para esta receta viene genial, ya que es una nata conun 30% de materia grasa pero que no llega a montar como las natas tradicionales que llevan el 35%M.G.
Vamos añadiendo la nata a la mezcla anterior y hacemos lo mismo que con la harina, la integramos con la espátula hasta lograr una masa homogénea. Al volcarla sobre el molde debe tener este aspecto cremoso, ni muy líquida ni muy espesa.
Volcamos sobre un molde rectangular forrado con papel del hornear, espolvoreamos con azúcar por toda la superficie y horneamos entre 45-50 minutos a 180º.